II 86

– Entiendo –dice pensativo–. Supongo que acabas de llegar aquí. Bien, lo primero es presentarte al resto de la comunidad. Ven, acompáñame al refectorio. Ya es hora de cenar, y además con tu presentación podremos hablar un poco en vez de permanecer en silencio escuchando esas dichosas reglas de San Benito.

Fray Diego sonríe y se levanta, dejando el libro sobre la mesa. No admitirá un no por respuesta, ya que al decirle que eres un novicio debes cumplir el voto de obediencia, y él es tu superior. Atravesáis la arcada del exterior de la iglesia y sigues a fray Diego a través del claustro.

Pasa al 100.