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Has entrado en el claustro, una zona que usan los frailes para pasear y meditar. El claustro consta de cuatro galerías, y están ligeramente descuadradas. Tan solo la galería que se encuentra junto al muro del templo se halla terminada; presenta varias arcadas y columnas conectadas entre sí. Las otras tres son simples pasillos empedrados, sin arcadas ni columnas, en torno al patio central. Un enorme ciprés se alza majestuoso en el centro del patio, cubierto de hierba. En la parte exterior de la pared del refectorio hay una pequeña fuente, aunque está seca. Puede que en otro tiempo los frailes las utilizaran en sus abluciones y para asearse después del trabajo.

El claustro está muy solitario. Los frailes deben haberse reunido ya en el refectorio, o tal vez estén en sus celdas. Recuerda que puedes dirigirte allí cuando quieras, pasando a la sección número 100.

En la pared occidental hay tres puertas; la primera de ellas ni siquiera tienen cerradura ni postigo para abrirla, la segunda está cerrada con llave, y la tercera puedes abrirla libremente. También en este edificio, en la esquina suroccidental del claustro, hay unos escalones que conducen a una pequeña sala. Al norte hay dos puertas entreabiertas que conducen a un edificio de dos plantas. Al este hay dos puertas, una a cada lado de la fuente, las cuales conducen directamente al refectorio donde los monjes ya deben estar reunidos para tomar la cena.

¿A dónde quieres ir?

Puedes salir del claustro y visitar cualquier otra zona de la abadía consultando el plano.
Si lo prefieres, puedes subir los escalones y pasar a la sala que se abre en el edificio occidental. Pasa al 2.
También puedes entrar por cualquiera de las puertas del edificio que se encuentra al norte. Pasa al 37.
O puedes probar a abrir la 2ª puerta del edificio a la izquierda. Pasa al 62.
O entrar por la 3ª puerta a la izquierda, que sí está abierta. Pasa al 66.
O, ya que estás aquí, ir al refectorio entrando por una de las puertas del edificio a la derecha. Pasa al 100.