II 95

Mientras sostienes la antorcha, te quitas la mochila con una mano y rebuscas en ella hasta que das con uno de los clavos que cogiste de la carpintería donde has estado. De acuerdo, ya tienes la antorcha en una mano y el clavo en otra. ¿Y ahora qué? Esto no lleva a ningún sitio. La llama de la antorcha se está apagando; será mejor que salgas de la iglesia. Puedes volver a guardarte el clavo si quieres, pero borra una antorcha de tu mochila.

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