II 75

Cuando te encuentras a medio metro del suelo, saltas y caes sobre el terreno. Una densa nube de polvo se levanta cuando tus pies hacen contacto con él, y tienes que cubrirte la nariz para evitar asfixiarte, tosiendo repetidas veces. Esperas a que la nube se disipe mientras alumbras un amplio recodo que hay a tu izquierda. Entonces, un miedo repentino te invade y saltas hacia atrás golpeándote contra la pared: ¡un esqueleto humano! La calavera mantiene abierta la mandíbula, y las manos del difunto se agarran desesperadamente las cuencas de los ojos. El resto permanece en una posición muy inusual, como si el hombre al que perteneció esta osamenta se hubiera retorcido de dolor hasta la muerte. La visión es espantosa, y te agarras de nuevo a la cuerda para salir de allí. Pero entonces oyes una voz:

– Espera, no te vayas aún.

Tu corazón está a punto de estallar. Una visión aparece justo al lado del esqueleto. Es un fraile.

¿Subirás rápidamente por la cuerda, arrojando la antorcha al suelo? Pasa al 25.
¿O intentarás resistir el miedo y hacerle frente al fantasma? Pasa al 40.