¿Estás pensando en utilizar la tabla para atar la cuerda? Bueno, podría funcionar. La tabla parece tener el grosor suficiente como para aguantar tu peso. Agarras la tabla con ambas manos y la llevas arrastrando hasta el pequeño edificio donde se encuentra el agujero por el que estás empeñado en descender. La tabla es pesada y te cuesta algo de trabajo desplazarla, pero finalmente lo consigues y la pones en posición horizontal frente a la puerta del edificio, de forma que no pueda traspasarla. A continuación atas la cuerda en torno a la tabla. Debido a su anchura, has tenido que emplear cinco metros de cuerda sólo para atarla. Esperemos que tengas suficiente para bajar ahí abajo. Enciendes la antorcha con el yesquero y comienzas a bajar ayudándote de la cuerda, que agarras con tu mano derecha.
¡Maldición! La cuerda no es lo suficientemente larga. Alumbras hacia abajo con la antorcha. Te has quedado a unos cinco metros del fondo.
Si tienes otra cuerda, puedes empalmarla con esta, y sería suficiente para llegar abajo. Si no, puedes subir y buscar otro objeto más apropiado para atar la cuerda. Si haces esto último, perderás la antorcha que tienes encendida, y más vale que lleves la tabla donde estaba; si la ven ahí los frailes van a sospechar...
Si tienes otra cuerda y la empalmas con la que ya has atado, pasa al 75.
Si sales del edificio y buscas otro objeto, consulta el plano.