– ¿Quién vive? –dice una voz al otro lado de la puerta. Le dices que eres un viajero cansado y que te gustaría pasar aquí la noche. Poco después, la puerta se abre y deja ver a un fraile de cierta edad, con un hábito negro y ojos cansados. Te observa durante un instante con expresión de indiferencia en su rostro–. Entra –dice finalmente.
Si dispones de una montura, te pide que la dejes en la entrada y te dice que pronto vendrá un mozo para recogerla y llevarla a las cuadras.
Te guía hasta un edificio de madera adosado a la muralla, y se presenta como fray Tomás. Mientras caminas, observas que no hay actividad alguna en la abadía. Justo al norte puedes ver un huerto solitario rodeado de algunos edificios pequeños, y más allá se alzan varios edificios mayores, entre ellos un majestuoso templo de grandes dimensiones.
Fray Tomás te dice que puedes descansar en el edificio al que te acaba de acompañar, un albergue para viajeros y peregrinos. Añade que puedes quedarte esta noche, pero si quieres quedarte al día siguiente tendrás que ayudar a los hermanos en sus labores. Antes de irse, también te dice que acudas esta noche al refectorio, donde se servirá la cena.
Observa el plano. En él se indican varios lugares que puedes visitar libremente mientras esperas la cena. Para ello, debes dirigirte al número de sección que se indica en él, dependiendo de dónde desees ir. Cuando lo creas oportuno, puedes dirigirte a la sección número 100 para cenar con los hermanos. Ahora, si quieres pasar al edificio que tienes enfrente, pasa al 84 (lo tienes marcado en el plano). Si no, puedes ir a donde te apetezca consultando el plano.
