II 90

Fijas tu atención en la pila de troncos. Miden más de cincuenta centímetros, que es lo que mide el ancho de la puerta del edificio. Podría servir. Coges un tronco grueso y sólido y cargas con él en dirección al edificio donde se encuentra el agujero por donde quieres bajar. Una vez allí, atas la cuerda al tronco y lo pones en horizontal para que la entrada impida que tu peso lo arrastre. Enciendes una antorcha con el yesquero y comienzas a descender por el agujero. La llama de la antorcha alumbra las paredes, y observas que son completamente lisas, por lo que resultaría imposible trepar por ellas. La cuerda se está terminando, pero ya estás casi en el fondo del oscuro agujero.

Pasa al 75.