II 8

Ante ti se abre una amplia sala dividida en cubículos por medio de tabiques bajos de madera. En cada celda hay un lecho, poco más que un jergón de paja sobre el suelo. Las celdas se hallan divididas a su vez por un largo pasillo central.
Lo extraño es que todas las celdas están vacías. Al no encontrar a ningún fraile en el exterior habías pensado que tal vez estarían aquí rezando o descansando... pero no hay nadie. ¿Estarán ya todos en el refectorio?

Cuando quieras puedes volver a bajar las escaleras. Pasa al 21.