Agarras la pala y comienzas a cavar una fosa lo suficientemente ancha y profunda como para meter un cuerpo en ella, mientras pronuncias siete veces el nombre del fraile; al terminar tomas uno de los crucifijos de plata y lo introduces en la fosa. Según el libro, esa persona está ahora libre de la maldición. Puedes repetir la operación con los demás nombres que conozcas, siempre y cuando tengas crucifijos suficientes.
Cuando te dirijas al refectorio, resta 18 al número de sección en la que te encuentres y lee la sección correspondiente.
Cuando termines, puedes marcharte.
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