I 35

Pagas los 3 maravedíes (descuéntatelos de tu bolsa) y el judío te entrega el bolsillo. El puesto no parece tener mucho éxito, tal vez por el hecho de que el vendedor es judío, y este se muestra contento por tu compra. Aprovechas para preguntar si ha visto a unos hombres en compañía de una niña judía, pero no ha visto nada.

Mateo se desespera, pero le animas diciéndole que los bandidos no deben andar muy lejos.

Pasa al 60.