I 3

Entonces recuerdas las palabras que te dijo el mimbrero y gritas:

Aní Maamín.

Poco después, las puertas de la judería crujen y se abren mínimamente para que podáis pasar.

Si tienes un caballo deberás dejarlo fuera, ya que en la judería las calles son demasiado estrechas y el animal no cabría por ellas. Hay unos establos cerca donde lo pueden cuidar por sólo 2 maravedíes. Deberás pagar cada vez que quieras dejarlo allí. Si no puedes o no quieres pagar, tendrás que dejarlo atado fuera de la judería (si es así, tira un dado; si sacas un 0, te habrán robado el caballo).

Si es la primera vez que pasas por aquí, pasa al 102.
Si no, pasa al 81.