I 110

Observas el cuerpo de Mateo, que yace sin vida cerca de ti. Ha peleado como un valiente. La ira le hizo más fuerte, pero de nada le ha servido. Miras a tu alrededor y observas a todas las víctimas del despiadado cabalista oscuro que acabas de eliminar. Entonces, al mirar el cuerpo de Alis, ves que se mueve. ¡Ha sobrevivido! Puede que al morir Mateo la maldición del antiguo amo de Alis se haya roto. La niña llora desconsoladamente al ver a Mateo muerto en el suelo, e intentas consolarla como puedes. Llevas a la niña a la sinagoga para que Nehemiah se haga cargo de ella y le informas al rabino de todo lo ocurrido. Poco después asistes al entierro de Mateo, al que tratan como si fuera uno de los suyos, por el valor que ha demostrado y por haber protegido hasta la muerte a una niña perteneciente al pueblo elegido.

Antes de enterrar a Mateo, entregan todas sus pertenencias a Alis. Te despides de ella, mirando sus ojos negros y tristes tras el entierro, y le deseas mucha suerte.

Ahora puedes proseguir tu camino.