II 65

Empuñando la palanca que encontraste, la encajas empujando con fuerza por una pequeña ranura que tiene la reja y comienzas empujarla dejando caer todo el peso de tu cuerpo sobre ella. Poco a poco, notas cómo la reja va cediendo hasta que se produce un chasquido y los refuerzos de hierro que la mantenían sujeta al suelo saltan por los aires. Levantas la reja y la arrojas a un lado, causando un fuerte ruido metálico. Entonces te asustas al pensar que los frailes te hayan podido escuchar. Te asomas a la puerta y no ves ni un alma por los alrededores. Más tranquilo, te diriges hacia el agujero y observas su interior. Está completamente oscuro. Vas a necesitar una antorcha (y yesca para encenderla) y una cuerda para bajar.

Si tienes esas dos cosas, puedes pasar al 53 si te atreves a meterte ahí dentro.
Si no las tienes, puedes darte una vuelta por la abadía (consulta el plano). Tal vez puedas encontrarlas en alguno de los edificios.