Te encuentras siguiendo el curso del río Genil en dirección al norte. Hace un año ciertos asuntos comenzaron a distanciarte de tu padre, en cuya compañía llevabas una existencia tranquila y apacible, hasta que decidiste viajar al sur de Castilla en solitario, con el fin de conocerte a ti mismo y encontrar un sentido a tu vida; en definitiva, partiste en busca de la felicidad, y han pasado tres años hasta que has comprendido que solo podrás encontrarla en Bellver, junto a los amigos y vecinos que te han visto crecer, y junto a tu padre, al que tanto echas de menos. Caminas concentrado en la ruidosa corriente de aguas cristalinas, calculando cuántas jornadas deberás emplear en el viaje de regreso. Tras unas horas de infatigable marcha comienzas a sentirte algo cansado. Miras a lo lejos, oteando el horizonte, donde se adivina la conjunción del río cuyo curso estás siguiendo con el Guadalquivir y se divisa un pueblo amurallado sobre la llanura. No sabes de qué pueblo se trata, pero estás fatigado y esperas que te permitan el acceso para poder reposar en alguna de las posadas. Te apartas de la orilla del río en dirección al polvoriento camino que se dirige al pueblo.
Pasa al 1.
